La creación reciente de un nuevo tipo de
concentrador solar que cuando es empleado para recubrir una ventana con él
captura energía solar sin evitar que la gente pueda ver con normalidad a través
de la ventana, está despertando grandes expectativas.
Este singular dispositivo, creado por
científicos de la Universidad Estatal de Michigan en Estados Unidos, se define
como un concentrador solar luminiscente transparente, y se le puede usar en
edificios, teléfonos móviles y cualquier otro objeto que cuente con superficies
cuya transparencia se desee mantener.
En investigaciones previas, se trabajó sobre
la producción de energía a partir de células solares colocadas alrededor de
materiales luminiscentes similares a los plásticos. Sin embargo, esas líneas de
investigación anteriores han aportado hasta la fecha resultados más bien
pobres, ya que la producción de energía ha venido siendo poco eficiente, y el
grado de transparencia de los materiales deja mucho que desear.
A la mayoría de la gente no le atrae tener en
las ventanas de su hogar o de su lugar de trabajo vidrio coloreado en vez de
incoloro. Al principio, puede resultar divertido, pero no pasa mucho tiempo
antes de que el usuario se dé cuenta de que ello ni resulta práctico ni
agradable, a no ser que esté acostumbrado a trabajar en una discoteca o locales
parecidos.
El equipo del ingeniero químico Richard Lunt
ha tomado un camino distinto, basado en conseguir hacer que la propia capa
activa luminiscente sea transparente.
El nuevo sistema de captura de energía solar
utiliza pequeñas moléculas orgánicas desarrolladas por Lunt, Yimu Zhao, Garrett
Meek y Benjamin Levine, para absorber longitudes de onda no visibles pero bien
presentes en la luz solar. Ellos pueden ajustar estos materiales para que
capturen solo las longitudes de onda correspondientes al ultravioleta y al
infrarrojo cercano que luego "brillan" en otra de longitud de onda en
el infrarrojo.
La luz infrarroja de fuerte
"brillo" es guiada hasta el borde del plástico, donde bandas delgadas
de células fotovoltaicas la convierten en electricidad.
Como estos materiales no absorben ni emiten
luz en el espectro visible, lucen excepcionalmente transparentes para el ojo
humano.
Uno de los beneficios de este nuevo
desarrollo es su flexibilidad. Aunque la tecnología está todavía en una etapa
temprana, tiene potencial para ser adaptada a su uso industrial y para el gran
público con un coste asequible.
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